¡Venga ya!
¿Seguro que no quieres ascender? Preguntaban y exclamaban a Juan sus compañeros
de trabajo.
Juan no sabía con
certeza qué responder. Su cargo era adecuado. Estaba feliz y tenía a su familia
cercana. Sus últimos trabajos no habían pasado desapercibidos, y el
ofrecimiento de un nuevo cargo de responsabilidad mayor había llegado hasta sus
oídos.
¡Mira Juan! Con
este cargo tendrás una nueva experiencia profesional que en un futuro puede
abrirte nuevas puertas.
-Sí, sí. Ya sé.
Pero es que tengo dos peques.
-No te preocupes
Juan. Seguro que puede haber alguien que te los cuide… los abuelos.
Pero Juan sabía
que esto no iba a ser posible. Su nueva posición en Londres hacía que, junto a
su mujer, no tuviera a quien recurrir para buscar a los niños al colegio.
¡Juan, tenemos
una familia maravillosa! – le solía decir su mujer Ana.
-Yo necesito
también trabajar Juan.
El techo de
cristal de Juan comenzaba a romperse y sólo él podría detener aquel avance.
No hay comentarios:
Publicar un comentario